En una tabla picaremos finamente la carne, con un cuchillo muy afilado, jamás usaremos carne molida ya que no sabremos con certeza su calidad y procedencia. Así tendremos una textura que valdrá la pena el trabajo. Luego, en un recipiente mezclaremos la carne, cochayuyo en brunoise, la cebolla, cilantro y la granada. Sazonaremos con la sal de cahuil, aceite de oliva y agregaremos poco a poco el jugo de limón y pomelo hasta lograr el sazón deseado. A modo de presentación, pondremos las hojas de rúcula en el centro de un plato, y haremos un timbal primero con la palta cortada de cubitos y encima nuestra carne tártara. Decoraremos con unas laminas de queso parmesano y acompañaremos con una baguette rústica, para maridar recomendaremos un vino blanco chardonnay. ¡A comer Cochayuyo!
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